sábado, 28 de noviembre de 2020

Yo soy Ofelia

 



Yo soy Ofelia



Yo soy Ofelia. La que el río no retuvo. La mujer con la soga al cuello.




La mujer con las venas rotas. La mujer de la sobredosis
EN LOS LABIOS NIEVE.



La mujer con la cabeza metida en el horno.
Ayer dejé de matarme.





Rompo las herramientas de mi cárcel la silla, la mesa, la cama. Destruyo el campo de batalla que fue mi hogar.




Arranco las puertas, para que el viento y el grito del mundo puedan entrar. Destrozo la ventana.








Con las manos ensangrentadas rompo las fotografías de los

hombres que amé y que me utilizaron en la cama, la mesa, la

silla. 





Prendo fuego a mi prisión. Tiro mis vestidos al fuego.




Arranco de mi pecho el reloj que fue mi corazón.



Salgo a la calle, vestida con mi propia sangre.





Texto:  "Máquina Hamlet." Heiner Müller.


 

Serie Cuerpo: "Yo soy Ofelia": Ernesto Vargas. 2020

 
 Fotografía y dirección: Raùl Cifuentes. 2014. 
Locación: Nuestra Señora del Carmen, Sáenz Peña. Provincia de Buenos Aires. Argentina.

 








domingo, 15 de noviembre de 2020

Daniela

-Vamos a jugar con el perro, me dice Daniela.

-Pero le tiene la boca para que no me muerda, agrega la niña.  Accedo.

Miro alrededor y veo al perro jugando con unos niños. Chiflo fuerte y grito su nombre. El cachorro se acerca corriendo. Me agacho, le acaricio el pecho y la panza. El can se tira de espaldas. Respira agitado.

La niña lo siente y se esconde detrás de mí.

-Ya lo puedes tocar, invito.

-Mejor no, tengo miedo.

-Préstame tu mano y la acercaré a su pata. Añadí.

Ella me da su pequeña mano, la acerco lentamente a la pata delantera del perro. El cachorro arrima su hocico y lame la mano de la niña.

Daniela grita, suelta al perro, se aferra a mí y me empuja. Quedamos sentados en el piso.

Los niños escuchan el grito y ríen. El perro se levanta y se va corriendo.

-¿Estás bien, Daniela? 

- Si, me asusté un poquito, responde.

Acompaño a Daniela a otro lugar del patio para jugar con otra cosa.


Pienso en Daniela y en el encuentro con un animal que no ha visto nunca.


Memoria de un recreo en el Colegio Juan Antonio Pardo Ospina. Bogotá. 


Murmullo interior I. Fotografía . 2004



lunes, 21 de septiembre de 2020

Indeleble

Prenda. Croacia, 2013.

Comme un arbre dans la ville,
je suis né dans le béton.

Maxime Le Forestier

Este tiempo nos aleja del rito escénico, del convivio, del presente efímero, autónomo e indeleble. La memoria inquieta alimenta la fuerza para esperar el ansiado encuentro, y empuja al acto de creación en soledad para ofrecer el cuerpo el día que toque.

Compartir la creación escénica es una experiencia de entrega, transformación y abandono. Nos cambia. No estaría aquí si no hubiera crecido como comunidad. 

Coordinar, proponer, acordar, apostar, fundar, romper, pelear,  luchar y soltar. son acciones que caen a mi recuerdo en esta acción definitiva. 

Hago una llamada a la saudade y a la gratitud con algunos colectivos escénicos, cuyas ausencias resuenan en el cuerpo. He hecho parte de compañías, grupos, proyectos, cursos, equipos o impulsos donde me ha llevado el azar al perseguir el capricho artístico. La manera como he intervenido es variada: papeles, extra, mirada, alumno e instrumento. No importa el rol que se juega: lo intransferible, lo intenso siempre es el vértigo de poder estar  ahí, en eso orgánico que se mueve.

Antes de que nos olviden, haremos historia.
Caifanes


Subterráneos. Ushuaia, Tierra del fuego. 2018. 

Valeria Gordillo, Directora de la compañía Masdanza, me invito a ser su cómplice en su impulso de danza-teatro Subterráneos,  para juntar miradas y buscar una poética corporal de los cuerpos presentes, y concretar reflexiones sobre la ciudad, sus personajes y sus realidades. Fue una experiencia relevante. Es el grupo más numeroso, y variado en edad, con el que he trabajado. Generoso regalo cómplice la energía grupal que invita a despojarse de lo que se posee para que les bailarines-actores gocen y brillen en el escenario, y que allí ocurra la transformación: ser un solo organismo por un instante y luego desvanecerse. 


Elisa. Grupo lo eventual. Tierra del fuego.2015.

Elisa es una experiencia de investigación con el grupo Lo eventual, bajo la dirección de Mauricio Flores. Viví el escenario en compañía de Silvia Milat y Cecilia Vaca, en momentos diferentes. Este relato vuelve a mostrarme lo independiente que es la obra de sus hacedores y que la experiencia supera a sus intérpretes: la poética después de habitarla nos suelta, somos su instrumento efímero en ese extraño familiar lugar oscuro.  Vívelo y déjalo. 

Galponeando. Ushuaia. 2019.

En el Galponcito, junto con Soledad Maidana y Manuel López,  nos reuníamos en rito alegre, para chismear y hacer teatro a nuestra bola. Encarábamos ese difícil habitar lúdico desde la casa, montando y desmontando escenas, permitiéndonos el hacer por el hacer sin límites.  Excusas de encuentro. 

!Hágale que esa vaina es gratis!



Adentro, duplicado. Buenos Aires. 2014


Lo intransferible es el tiempo que invertimos en los encuentros, hora tras hora construyendo universos, porque "vivimos haciendo eso", como lo dijo Enrique Buenaventura. Lo magnífico ocurre cuando juntos detonamos e inventamos. Con Raúl Cifuentes nos contagiamos y arrancamos a conspirar concretando: Adentro, instalación teatral, Precepto: video-performance y otras utopías varias nacidas de la inquietud de ese presente.  La obra nos duplica y deslimita: cada uno se va con algo del otro, y esa materia sigue viva y nos hace buscarnos a través de la lejanía, empujando la inquietud como un imán.


Viralata, Mundo Profundo. Bogotá. 2015.

Estas experiencias echan raíces y nos convierten en tribu nómada hacedora del ahí. En Viralata, con  Luisa Bohórquez y Sebastián Pérez, construimos esa tribu a fuerza, sueños y enamoramiento ciego por el oficio. Nos embarcamos a bucear por invenciones de color, dimensiones de objetos y magia.Tiempo intenso de energías inseparables creando contra reloj, luciendo unas cómodas mallas ajustadas. Pudimos tejer redes de trabajo y colaboración con colegas con quienes crecimos, trascendimos y aprendimos. Nudo a nudo nos entramamos en lazos irrompibles.


Capoeira en danza-Giro Capoeira. Buenos Aires. 2008

"Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar" canta Atahualpa. Un día fuimos jueves y había reunión de cuerpos en una escuela de la Paternal. Creábamos bajo la mirada inquieta, guía y dirección, de Maria Pia Rillo, en compañía de seres maravillosos con quienes transitamos fusiones entre la Capoeira y otras danzas. Había ganas, energía e inquietud de hacer, mezclarnos y animarnos a ir a lugares raros.  Jogabamos inconscientes en ese tiempo. Esta experiencia me acompaña en el poderoso hacer del presente: crear es esa lucha que acontece en el presente del riesgo. Gran maestra Capoeira.

Sin la compañía creces indiferente: la mutación requiere untarse y enredarse de lo ajeno que está afuera, luego soltarlo y llevarse el pedazo que le toca. 

Estas son algunas de las compañías peligrosas con las que el azar me ha cruzado. 
El poder estar y decidir permanecer, abre tu lugar en el rito. Cada encuentro deja una marca interna que impulsa y motiva a seguir en la lucha y en la resiliencia creadoras necesarias de cada día.